Por David Bustamante
Fui y sigo siendo un crítico de los últimos shows de Legión con público, luchas interminables, historias sin sentido y un festival de spots que no contaban nada; eran la radiografía de un show que mostraba mucho talento, pero no cuajaba. Esa era la expectativa que yo tenia de esta serie, pero fue algo totalmente distinto y es necesario reconocerlo y analizarlo.
Vamos por parte, Legión no tenia historias, feudos que podían ser interesantes como Oliver Bruce con Nicolás Cornell que terminó con este último siendo campeón, eran contados en uno o dos shows, de forma sorpresiva y sin desarrollo, desperdiciando oportunidades. Esta serie nos entregó una historia principal, la de Jin Kyle, quien comenzó perdiendo sus luchas y mostrando inestabilidad mental de forma progresiva hasta transformarse en Demon Kyle. Todas los otros desarrollos de la serie se construyeron a partir de esta historia, quizás faltó algún relato anexo, pero como temporada piloto, como la primera vez que vemos una historia desarrollada en la promoción, fue sin duda lo mejor que nos ha mostrado hasta ahora. Siempre digo que los números no mienten y la mejor prueba de esto es que la transformación definitiva de Jin Kyle fue el episodio más visto con más 2600 views en Youtube. En lenguaje de la NBA, Jin Kyle sin dudas fue el MVP de la serie.
Si Demon Kyle fue el jugador más valioso, la revelación es Choka3, el luchador tiene una historia, viene de la cárcel y quiere cambiar su vida, es muy carismático y en el ring es entretenido. Es complicado el personaje, ya que es fácil caer en el meme y en el chiste obvio, pero la serie no cae en la trampa y Choka es uno de los principales atractivos, en el ring y en comentarios, incluso ayuda a desarrollar a otros personajes con sus apodos. Sobre los luchadores jóvenes, los que varios ya habían debutado pero no eran conocidos por la gente, hay opiniones dispares, William tuvo un comienzo lento pero sobre el final logra desarrollar una personalidad reconocible; Ángel Casanova cumple a cabalidad sobre el ring, haciendo luchas entretenidas pero le falta construirse mejor con el micrófono; mientras que Cris Santana quedó al debe, tiene cosas interesantes, pero no mostró mucho para ser recordado.
Otro punto que fue bien jugado es el de las luchadoras, Pandora y Casey son las principales, quienes nos mostraron una actitud distinta desde el principio, Pandora más ruda y con una actitud acorde, mientras Casey más inocente faltándole algo de experiencia (desde el argumento), en algún momento no entendí por qué resaltaron la victoria de Casey, pero todo toma sentido cuando nos muestran a una Pandora celosa que quiere verse las caras contra Casey, solo falta ver esto más desarrollado en el ring, pero jugaron bien al dejarlo como adelanto de la siguiente temporada. Matías Campbell tuvo un papel secundario, siempre ayudando en la construcción de otros luchadores, pero jugando un gran papel en comentarios con Jean Tapia; demostrando que se puede dejar el ego de lado y las ganas de figurar en pos del bien de tu producto, si hay algo que hay que tomar como ejemplo de esta serie fue sin duda el trabajo detrás y dentro de cámaras de Matías Campbell.
La reflexión final es que la serie no fue excelente, no es lo mejor que he visto en lucha chilena en mi vida, por cierto que no, pero es diametralmente opuesto y mucho mejor de lo que venia mostrando Legión hasta acá. Hay detalles que mejorar, técnicos y de producción, pero sin duda van en el camino correcto, punto para Legión.
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Rasslin 