Finalizamos esta serie de revisiones con la edición que vio a los tres miembros de The Shield levantando el WWE World Championship en la misma noche y otra lucha que se dio por primera vez en la historia, vivida el día 19 de junio del 2016 en el T-Mobile Arena de Las Vegas, Paradise, NV.
Después de revisar las versiones 2011 (ver artículo) y 2013 (ver artículo), finalizamos esta serie con Money In The Bank 2016. Este PPV se recuerda principalmente por la noche en que los tres ex- miembros de The Shield fueron WWE World Heavyweight Champions. Roman Reigns era el resistido campeón, que venía de derrotar a Triple H en WrestleMania 32 y que logró algo de credibilidad con dos correctas luchas ante AJ Styles, tuvo que padecer el regreso de Seth Rollins, quien tuvo que dejar vacante el título por una lesión completa de ligamentos y meniscos de una de sus rodillas, el cual venció a Roman. Dean Ambrose se uniría a sus ex-compañeros y, tras haber ganado el maletín Money In The Bank, decidió cobrarlo en la misma noche y derrotó a Rollins para salir de Las Vegas como el WWE World Heavyweight Champion definitivo.
Además vimos una lucha que muchos soñaron y la vieron imposible, hasta que sucedió. John Cena, el rostro principal de WWE en los últimos años se enfrentaba al que fue su símil en TNA y que finalmente había llegado a WWE: AJ Styles, lucha que terminó llenando todos los paladares luchísticos según ambos paradigmas.
Esto y más, lo analizamos a continuación.
Luego de dos luchas Tag Team en el Kickoff, el Main Card de Money In The Bank 2016 comenzaba con otra de este estilo, ya que The New Day ponía en juego el WWE Tag Team Championship en una Fatal-4 Way ante Enzo & Cass, Gallows & Anderson y The Vaudevillains. Una entretenida intro donde tres de los cuatro equipos se recuerdan con histrionismo, tanto en las promos como en la puesta en escena. La lucha la llevaron principalmente Enzo & Cass y Gallows & Anderson, donde estos últimos se mostraron muy dominantes y nos dieron una falsa ilusión de que podían arrasar en la división, cosa que todos sabemos que no se dio. De igual forma, sin ser un gran combate, fue lo suficientemente entretenido y sin abusar de la comedia en virtud de lo variopinto de los equipos. El final quedó un poco largo en cuanto a tiempo, debido a que G&A acabaron a Aiden English con su Magic Killer, para que luego New Day hiciera lo propio con el Midnight Hour sobre Anderson, Cass sacó del ring a Gallows con un Big Boot y recién ahí Kofi vino a cubrir a English, con varios segundos tendido para la cuenta de tres y seguir reinando.

Se mostró un extenso segmento en backstage con Tom Phillips entrevistando a Kevin Owens, quien en la víspera de su primer Money In The Bank Ladder Match recordó cómo se hizo con las luces frente a John Cena en la edición 2015. Luego se sumaron Chris Jericho y Alberto Del Río para discutir quién ganaría el maletín.
Continuábamos con el mano a mano entre Dolph Ziggler y Baron Corbin. El combate se sintió pesado, más extenso de lo necesario, sumado a lo reiterado en los shows semanales, y eso el público lo hizo notar con sus “Boring!” y sin conectar con los luchadores. Por si esto fuera poco, resultado predecible: End Of Days y cuenta de tres para Corbin, que llevaba sólo meses en el Main Roster.

En la tercera lucha se enfrentaban la WWE Women’s Champion Charlotte & Dana Brooke contra Natalya & Becky Lynch, como consecuencia del combate titular que habían tenido en el anterior Extreme Rules Charlotte y Nattie. Precisamente, la lucha se desarrolló sobre ese eje central, con Dana siendo más secuaz que compañera de Charlotte y con Becky en un rol secundario. Dana haría estrellar a Nattie con Becky, y Charlotte remataría a la canadiense con su Natural Selection para la cuenta de tres. Tras la lucha, Nattie traicionaría a Becky.

Volvíamos con Tom Phillips en backstage, esta vez entrevistando a Dean Ambrose. Este decía que no tenía estrategia para ganar el maletín Money In The Bank, pero se mostraba seguro de obtener dicho contrato sin miedos ni dudas. Sobre el enfrentamiento de sus ex-compañeros Roman Reigns vs. Seth Rollins de más tarde, Dean sólo se limitó a decir que “golpear a Seth era divertido”.
Era el turno del enfrentamiento entre Sheamus y Apollo Crews, quien sufría la hostilidad del irlandés en sus primeros meses en el Main Roster. Similar al esquema de Baron Corbin, con uno de los nuevos nombres haciéndose un lugar frente a otro más avezado, pero lejos de sus días buenos. Acá Apollo lució bien, mostrando pinceladas de su agilidad y poder, ante un Sheamus que lo aminoró en su estilo brawler. Sin embargo, Apollo aplicó la viveza para ganar, ya que al Sheamus reclamar una cuenta, el de raíces nigerianas se lo llevó para un toque de espaldas y el árbitro contó tres.

Uno de los combates más esperados tuvo lugar en el siguiente turno: John Cena se enfrentaba por primera vez en su carrera a AJ Styles. El ver a estos dos veteranos forjados por dos corrientes distintas, soñado por muchos fanáticos causó mucha expectativa y vaya que la llenaron con un combate muy pulcro de principio a fin en materia de movidas, psicología y cómo ambos se echaron al público al bolsillo. Durante la lucha se contaba claramente el hecho de que Cena se enfrentaba a alguien de su calibre, a este convidado de piedra a la compañía, el ver cómo él, siendo la cara de WWE era superado por alguien que por muchos años fue la cara de TNA, su única competencia en la década anterior, eso lo motivó a verse disminuido y aplicando su arsenal de forma poco convincente, muy a la sombra de un Styles que crecía y comenzaba a forjar su legado en WWE. Sin embargo, Cena logró equilibrar la balanza y estuvo cerca de batir a Styles dos veces con su Attitude Adjustment, pero una acción que dejó al árbitro fuera de combate hizo que Gallows & Anderson ingresaran para conectar su Magic Killer a Cena y así darle la victoria en bandeja a Styles, quien ni se dio cuenta que el árbitro había contado tres a su favor. Final claramente anticlimático al ver el gran desarrollo en casi media hora de lucha, pero que a la larga sirvió para resaltar el rol de villano de Styles e impedir que bajo esa premisa, saliera a todas luces ovacionado.
Era el turno de la lucha central del PPV, el Money In The Bank Ladder Match por un contrato por el WWE World Heavyweight Championship, en la que participarían Chris Jericho, Cesaro, Sami Zayn, Alberto Del Río, Kevin Owens y Dean Ambrose. Como se puede apreciar, hubo mucho talento a disposición de la lucha y claramente cumplieron las expectativas. Jericho siempre fue necesario estando en el combate que nació de su genialidad, Cesaro brindó el espectáculo correspondiente, Del Río estuvo a cargo de la agresividad con las escaleras, Sami y Owens trajeron algunas brutales pinceladas del Genérico vs. Steen de ROH, justamente un Ladder Match, y Ambrose imponiendo la locura y desprolijidad propia de su estilo. Después de no muchos intentos de llegar a la cima, una de ellas con todos arriba de dos escaleras y la brutalidad al servicio de dos puentes con escaleras descansando sobre esquinas opuestas, finalmente sería Ambrose quien derribaría a Owens, quien caería sobre una de ellas, para descolgar el maletín, el que tendría poco tiempo en su poder.
Seguíamos con Rusev (c/Lana), quien defendía su United States Championship ante Titus O’Neil. Por mucho que se haya querido vender a Titus como una fuerza pareja al dominante búlgaro, no fue posible generar credibilidad, además de ser un combate a todas luces mal ubicado en la cartelera. Pasaron varios minutos de lucha hasta que Rusev al final cerrara el Accolade para vencer por rendición y mantenerse como campeón. Tras la lucha, Rusev se acercó a los hijos de Titus en primera fila para decirles que su padre era un loser y gritarles un sarcástico Happy Father’s Day.

Finalmente tendríamos la lucha por el WWE World Heavyweight Championship, donde Roman Reigns lo defendía ante el retornado Seth Rollins, quien volvía tras su cruda lesión de meniscos e iba por el campeonato que jamás perdió. Común de la época era sentir la hostilidad del público a Roman en contrapunto a lo que generaba Rollins, siendo el villano en esta lucha que fue de menos a más. Durante la primera parte se vio a un Roman más contundente, tratando de verse superior a su ex-compañero, lo que fue haciendo la lucha más lenta, además de una evidente carencia de selling, pero que después fue tomando más color cuando Rollins se le puso de igual a igual, con varios nearfalls y la química de ambos hizo que la lucha se desarrollara por sí sola. A partir de ese instante, la lucha se recordó por spots como el Pedigree de Rollins en plena Spear, la maniobra que le costó a Rollins la lesión y cómo Roman “protegió” su rodilla, el Superplex y Falcon Arrow prolijo de Rollins y una Spear de Roman que fue a dar a la barrera. Un muy buen combate, de ritmo progresivo terminó con el Pedigree de Rollins, quien celebraba su segunda vez como WWE World Heavyweight Champion.
Pero faltaba que la noche de los ex-The Shield fuera completa. En pleno festejo de Rollins, sonó la música de Dean Ambrose, que apareció por su espalda para atacarlo y hacer efectivo el maletín Money in The Bank que había ganado hace cerca de una hora. Dirty Deeds y es Ambrose quien termina saliendo de Las Vegas con el WWE World Heavyweight Championship en su poder.
Concluyendo, y pese a este tremendo final, Money In The Bank 2016 no fue uno de los mejores. Si bien, cumplió con la premisa de tener una buena Ladder Match y un par de luchas memorables, no fue más que eso, un evento promedio y que de no incluir al menos tres luchas que pudieron ser fácilmente de un show semanal, pudo haber sido menos pesado. En virtud de lo vivido con los ex-The Shield, WWE llegó tarde al menos dos años con un encuentro que pudo haberse robado un WrestleMania y que terminó con una olvidable Triple Amenaza en un olvidable PPV como lo fue Battleground. Menos mal que Reigns, Rollins y Ambrose construyeron su gran historia por separado y no quedaron como tres más de “los que pudieron ser y no fueron”.
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